Vivimos en un mundo cada vez mas hiperconectado, donde el ruido nos confunde además de escondernos la realidad. Solo tienes que ver cuando intentas centrarte en algo, y cada segundo se cruza una infinidad de información que te distrae y te saca de lo que estabas haciendo.
Este ruido es tal, que nos tiene totalmente aturdidos, los megadatos de información que recibimos es tan bestial, que está originando grandes problemas en la sociedad, confusión, ignorancia, apatía, incluso infelicidad.
Si nos fijamos en el ámbito empresarial, cada vez es mas difícil hacer mas visibles nuestras empresas, en un mundo digital en el que destacar o ser visible es un verdadero reto.
Pero, ¿qué es lo más grave de este ruido?, pues por mi parte lo tengo claro, resulta que somos marionetas aturdidas por tanto «ruido». Donde las noticias, la política, la publicidad, etc…, nos confunde y hace que nos manejen como robots, donde cada vez somos menos racionales en nuestros comportamientos.
El mundo digital ha traído grandes cosas y oportunidades, pero también ha generado mucha infelicidad, mucha ansiedad, mucha incertidumbre y en general bastante inestabilidad.
A esta nueva realidad de vida, se nos agrava con la actual situación de la pandemia, donde se ha perdido en gran medida el contacto humano, tan necesario en el ser humano, porque queramos verlo o no, necesitamos ese abrazo, ese contacto y por supuesto el reír y disfrutar, algo que no es capaz de darnos una máquina (ordenador, teléfono, televisión…)
Creo que la verdadera transformación hacia una vida realmente plena para el ser humano empieza en el punto de silenciar el ruido.
¿Toda la información que recibimos es verdad?, por supuesto que no, y ahí radica tanta confusión que nos lleva a ser las marionetas, comenzamos con las ansias de poder que la política genera, sí, «Ansias de Poder», donde ciertos elementos, por llamarlos de alguna forma juegan con la información para manejarnos, donde compruebas que lo que predican no es lo que ellos hacen, donde lo mas importante es el poder que les hace canallas y gente totalmente insensible, que no les importa nada. Y me pregunto a cada instante, ¿tanto nos aturde el ruido que no somos capaces de ver la verdad?, ¿cómo somos tan borregos que nos hacemos seguidores de vendedores de humo?, ¿Tan idiotas e ignorantes somos?, efectivamente, no sé si es el ruido en sí o lo ignorantes e idiotas que llegamos a ser por no usar esas neuronas que nos queden vivas en nuestro cerebro.
El gran reto que me planteo es el de despejar mi mente de tal forma que no quiero ver tanto ruido que me idiotice y me haga fanático de falsos vendedores de humo o falsas verdades, en lo personal necesito rodearme de personas que me aporten música, tranquilidad y felicidad, nada de ruido tóxico.
En lo que no puedo controlar, como se trata de la industria política que se ha generado, donde el poder, el dinero y la insensibilidad hace de un gran tanque destructor de la sociedad, no quiero convertirme en una marioneta, creo que en algún momento debe producirse un cambio de personas coherentes que empiecen a ser mas humanas y mas sensatas y hagan que esos cargos por los que la gente llega a sacar su punto mas despreciable, ruin y canallesco, donde la dignidad vale de poco, cambie de verdad para hacer un buen fin. En definitiva haya gestión y no gobernanza por poder.
En la sociedad se necesita de personas transmisoras de buenas energías, basta ya de tanto catastrofismo, tanto infundir odio para hacer que la sociedad esté más separada y así poder controlarla mejor. Basta ya de no infundir valores y si derechos gratuitos que no llevan mas que a la destrucción del sistema, basta ya de castigar al honrado, trabajador y empresario, ¡Basta Ya!
Ojalá vuelva esa sociedad de hace años, donde el trabajo, el esfuerzo, la formación (formación de verdad y de calidad), no esa que te hace aprobar sin merecerlo, la que no enseña el valor del sacrificio y el esfuerzo, Donde las ideologías y pensamientos de cada uno no separaban. Ojalá la sensatez y la cordura llegue de nuevo a nuestras vidas, por nosotros y por nuestras generaciones futuras. Dejemos de ser esos egoístas inhumanos.
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