Algo que ha traído esta pandemia, es un gran aprendizaje. Cuando me encuentro con gente y amigos, observo el gran cambio que hemos hecho en los hábitos de compra.
Antes el desenfreno, la vida de estrés, nos creó una serie de hábitos, que no digo que sean malos ni buenos, pero a mí personalmente no me gustan, era él ir a comprar a grandes superficies para echar el rato.
Hoy, después de estos meses, hemos descubierto que la tienda de cercanía, la de
barrio de toda la vida, tiene productos mas frescos, mas caseros, con sabores que desde mi infancia no recordaba, cuando todo la alimentación se compraba en la tienda de barrio. Claro, ahora comparas con lo que compramos normalmente y compruebas que todo lo que viene de fabrica y hacen en cadena, que a veces dudas de lo que comes.
Que decir de esos comercios que venden otro tipo de producto, donde garantizan la seguridad de todos los protocolos que hoy son obligatorios, que dudo que en grandes superficies se cumplan, pero además, estos meses de encierro hacen que la relación humana sea un regalo del cielo, el poder hablar con gente, el poder comprobar la amabilidad, la empatía y el humanismo en general.
También siento tristeza, por algunos comportamientos, ayer comentaba el panadero que reparte en mi bloque, la cantidad de clientes que le han salido mientras estaba el encierro, que nunca se han acordado de él, y ahora que hay mas libertad, lo dejan tirado, después de dos meses que se ha volcado en dar un servicio, a los que nunca le compraban, y ahora se olvidan de él de nuevo, el egoísmo del ser humano a veces también sale y no nos damos cuenta del daño emocional que causamos.
Pero en general sí es cierto el valor que se le está dando al comercio de cercanía, donde se ve la importancia que tiene en las ciudades, haciendo que tengan vida, con los comercios, escaparates, luces, gente paseando.
Ahora, mas que nunca, no dejes morir a tu tienda de barrio, que se note el sentido de responsabilidad, de colaboración, de civismo, de solidaridad. Porque tenemos que tener claro que la economía solo la podemos levantar apoyando al pequeño comercio y la pequeña empresa.
«Ahora mas que nunca, tu gente y tu comercio, te necesita»
Mantengamos nuestras ciudades con vida, compra en el comercio de cercanía. Ten sentido común.
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